Cuando hablamos de escultura, lo primero que usualmente viene a la mente son los grandes maestros del Renacimiento y sus obras, entre ellas las de Da Vinci y Miguel Ángel. Sin embargo, el arte de esculpir se remonta a épocas tan antiguas como la edad de piedra, de la cual se han hallado esculturas que representan la figura humana de forma rudimentaria que datan de 230.000 a.C.
Esculturas más elaboradas se han hallado también en el norte de Europa, tales como la escultura del hombre león de 29 cm hallada en la cueva de Hohlenstein-Stadel en Alemania, de unos 38.000 años a.C.
Desde estas épocas antiguas, la capacidad de crear arte en tres dimensiones fue una evolución natural desde las primitivas pinturas en las cavernas y cobró muchas formas diferentes e interesantes a lo largo de los siglos, encontrando puntos culminantes en el arte Egipcio, la Grecia antigua y durante el mencionado periodo Renacentista.
En Oriente también hubieron importantes manifestaciones esculturales, en especial en el arte Chino, donde se destacan sus esculturas de bronce y los famosos “Guerreros de Terracota”, compuesto por más de 8000 soldados y caballos de terracota en tamaño real realizados unos 200 años a.C. Este estilo de escultura, realizado con arcilla modelada y endurecida al horno, ha sido utilizado desde tiempos remotos para crear también objetos de uso cotidiano.
De épocas más recientes, ¿quién no ha oído de Augusto Rodin y su famosa escultura de “El Pensador”? Fue él que justamente le volvió a dar nueva vida al arte de la escultura, que en el siglo XIX había encontrado un punto bajo en su historia, para luego de las obras de dicho prodigio volver a repuntar en el siguiente siglo con la llegada del Modernismo, el Cubismo y el Expresionismo, impulsados por un lado por grandes artistas como Picasso, y por otro lado por el movimiento de la Posguerra.
De esta forma, la escultura, al igual que la pintura, nos ha acompañado a lo largo de la historia, dejando una huella indeleble de las civilizaciones y culturas que han existido antes que nosotros. El arte que nos han legado nos rodea en nuestra vida cotidiana. Basta con caminar por cualquier ciudad moderna para entrever sus manifestaciones en las obras arquitectónicas, en las iglesias, en los monumentos o en los edificios públicos. Incluso la Estatua de la Libertad y la Torre Eiffel se pueden considerar grandes obras de escultura arquitectónica, que son íconos reconocidos en todo el mundo.
En el presente blog, nos acercaremos al fascinante mundo de la escultura y el arte en general y compartiremos información histórica, noticias, técnicas, notas de interés, herramientas y toda información relacionada al mundo del arte.
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Os espero en la próxima entrega.
1 Comentario
Gran artículo! Resulta increible que desde tiempos tan tempranos el hombre ya descubriera su pasión por la escultura y el arte