La cerámica como arte moderno y sus formas inesperadas.

Ceramica gallega

Cuando un ceramista logra forjar con sus manos una tinaja o una taza está creando un objeto artesanal. Sin dudarlo se puede decir que es una obra de arte, aunque en cierto sentido el uso de una taza dista mucho de ser artística. Es arte, por supuesto, porque constituye una manifestación de un talento y unas técnicas en la que el alfarero trabaja con un material tan sencillo como lo es el barro. Incluso, esas figuras de porcelana que están en nuestra cocina como la bonita gallina en la depositamos los huevos del desayuno, son una aproximación de mayor nivel a lo que constituye la cerámica como escultura contemporánea.

Hoy en día, sabemos que la cerámica ha decidido dar un paso adelante y desprenderse de esas figuras tradicionales y ha permitido un nuevo tipo de escultura: una donde el ceramista se aparta de la creación artesanal y deja que las formas inesperadas de su talento creen obras totalmente originales y cargadas de imaginación.

Ante esta revolución en el mundo de la cerámica, surgen entonces varias preguntas:

¿En qué momento surgen estas formas inesperadas? 

¿Por qué la escultura en cerámica ha tomado la dirección de jugar con sus formas inesperadas, tal como lo puede hacer autores como Matthew Chambers, Rebeca Warren o Antonio Pedraza? ¿Cuál es motivo por el cual estas transgresiones realizadas a la cerámica hacen que su deformidad se convierta en arte?

La historia del arte ha tenido varios momentos donde han ido variando las temáticas, las técnicas y las formas que se representan. Desde la pintura medieval, pasando por el barroco y la tendencia renacentista, hasta el surrealismo y la modernidad, han existido diversas formas de expresión de lo que acontece en el mundo y su impacto en el alma humana.

El motivo por el cual el arte ha ido cambiando a lo largo de los siglos se debe a la pluralidad de temáticas. En el Medioevo la reflexión estaba puesta exclusivamente en Dios y en la Antigüedad en todos los factores políticos y sociales de los grandes imperios.

arte moderno

Cuadro realizado con barro sobre cristal y pintado. Realizado por Fen Mugüerza

Ahora bien, con todos los cambios que han ocurrido en el mundo durante los últimos siglos es inevitable que la nueva generación de ceramistas se vea impulsada a utilizar esta actividad creadora para exponer lo que ocurre en su mente. Piénsese en la obra de Gertraud Möhwald que expone los horrores de las guerras a través de unas esculturas totalmente vulneradas como si fueran los despojos generados por los bombardeos; o bien, en la cerámica de Picasso, que aprovecha la deformidad de sus platos para plasmar un fenómeno cultural y controversial de España como lo son las festividades de la tauromaquia.

La forma cambia porque es su destino natural ante lo que ocurre en el espíritu del creador: “Digamos que esta rama de la cerámica pone su acento en: la forma, el espacio, el concepto, manejando lenguajes de orden figurativo o abstracto, dependiendo de la personalidad del autor (…) es decir, debe tener algo que despierte el interés, fundiéndose con la naturaleza material, textura y tacto.”[1]

 

Y en este sentido, la materia con la que trabaja el ceramista contribuye enormemente, ya que al trabajar con el barro o la arcilla, se trabaja con un elemento muy voluble donde las manos y la creatividad están totalmente potencializadas.

Aquí el barro se convierte en magia, en un placer sublime, que no inhibe para nada lo que siente el artista y lo que desea patentar en su obra, que es “lo que realmente se hace en la cerámica actual; la transgresión del arte en 3 dimensiones, la potencia visual de las obras y las caras que se encuentran detrás de las mismas”[2], tal como señalaron los directores de la galería Biarritzkitsch, la primera galería virtual dedicada en exclusiva a la cerámica.

Así, bajo la tendencia de la cerámica contemporánea y sus formas inesperadas, el torno deja de tener el valor tradicional que siempre ha tenido, ya que éste por naturaleza implica el desarrollo de una forma que ya está agotada. El torno se ha cansado ya de girar y girar y girar para el ceramista contemporáneo. Por esto mismo, cuando la escultora Rebeca Warren quedó como finalista del Premio Turner en 2006, los jueces del certamen fueron explícitos al decir que sus creaciones triunfaban: “proyectando un sentido de incontrolable creatividad, pareciendo explotar y vuelto a fusionar en las amorfas propiedades de la materia”[3].

[1] La idea de cerámica contemporánea en España. Por MJ. Sarmiento. 15 de diciembre, 2003. Disponible en: http://alfargaleriaazul.com/2003/12/15/la-idea-de-ceramica-contemporanea-en-espana/

[2] ARTISTAS DE BARRO, EXCESO Y TRANSGRESIÓN. Disponible en: http://culturainquieta.com/es/arte/escultura/item/5758-artistas-de-barro-exceso-y-transgresion.html

[3] La Cerámica en el Arte Contemporáneo. Disponible en: http://www.taringa.net/posts/arte/13574520/La-Ceramica-en-el-Arte-Contemporaneo.html

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